Nuestra familia reconstituida

Nuestra propia historia de amor y aventura.

10/26/20244 min read

Nuestra Familia Reconstituida: Una Historia de Amor y Aventura

En la vida, a veces los caminos más inesperados nos llevan a los destinos más hermosos. Así fue como nos conocimos, en nuestro peor momento, en plena separación de nuestras anteriores parejas. Comenzamos a apoyarnos mutuamente. Lo que empezó como un consuelo en tiempos oscuros, se transformó en una aventura llena de amor y desafíos.

En la sociedad actual, las estructuras familiares han evolucionado significativamente, reflejando una diversidad que enriquece nuestras comunidades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una familia se define como un conjunto de personas que conviven bajo el mismo techo, organizadas en roles fijos con vínculos consanguíneos o no, y con un modo de existencia económico y social comunes². Esta definición abarca una amplia variedad de modalidades familiares, cada una con sus propias características y dinámicas.

La nuestra no iba a ser menos. Como familia reconstruida, Aída venía acompañada por Izan, Héctor y Adara, y Cristian trajo consigo a Einar y Eric, creando así un nuevo horizonte familiar.

La Gran Mudanza

Decidimos dar el gran paso y mudarnos juntos a un acogedor piso de 90 metros cuadrados en Barcelona. No fue fácil, pero la ilusión y el amor que sentíamos nos dieron la fuerza para enfrentar cada obstáculo. En nuestra nueva casa, convivimos siete personas: Cristian, Aída, Izan, Héctor, Adara, Einar y Eric. Los niños, con edades entre los 12 y los 2 años, se adaptaron sorprendentemente rápido. Parecía que siempre hubiesen estado juntos, cada uno encontrando su lugar en esta nueva familia. A día de hoy, nosotros no encontramos diferencia alguna con una familia tradicional.

Los Pequeños Grandes Desafíos

La vida en una familia reconstituida no está exenta de retos. Para nosotros, los adultos, ha sido un constante ejercicio de equilibrio emocional y organizativo. Además de cuidar nuestra relación de pareja, mantener nuestras amistades y cumplir con nuestras responsabilidades laborales, enfrentamos las problemáticas típicas de cada edad de nuestros hijos.

- Izan (12 años): En plena adolescencia, Izan está en la búsqueda de su identidad. Pregunta los "porqués" de todo y pone a prueba los límites de la confianza. Es una etapa complicada, pero también llena de descubrimientos. En definitiva, la edad del pavo, la tan temida adolescencia que parece que cada vez llega antes.

- Héctor (10 años): A pesar de su dislexia, nuestro pequeño duende se esfuerza mucho en la escuela y suele traer buenas notas. Tiene buenas relaciones sociales, aunque de vez en cuando se pelea con sus amigos. En casa, está a medio camino entre Izan y Adara, que tiene 7 años. En ocasiones se siente más cómodo jugando con Izan (sobretodo jugando a algun deporte) y en otras ocasiones prefiere hacer de hermano mayor con Adara y tener un juego más relajado con ella, aunque más veces de las que queremos, acaban en una disputa por cualquier tontería.

- Adara (7 años): La princesa de la casa, es de momento tan despistada y bruta como cuqui. Muchas veces asume el rol de cuidadora de sus "hermanos" pequeños, iniciandoles en nuevos juegos para ellos y haciendoles alguna que otra trastada. Aunque es tan cariñosa y adorable que cuesta enfadarse con ella.

- Einar (3 años): Es un terremoto, lleno de energía, no necesita siestas, todo el día corriendo de arriba a abajo. No hay pausas, no hay descansos. Lo suyo son los coches, los trenes, los camiones y el parque. Ahora empieza a querer saber el porqué de las cosas, aunque todavía no vocaliza bien, una vez te has acostumbrado a "su idioma" se hace entender perfectamente. Los conflictos a su edad son recurrentes, sobretodo con su hermano pequeño o con Adara. Aun siente que todo lo que hay a su alrededor es de su propiedad, aunque poco a poco está aprendiendo a compartir.

- Eric (2 años): Eric es la sombra de Einar. Nuestro pequeño de casi 2 años aun vocaliza peor, pero se hace entender perfectamente y muchos de sus enfados vienen de las frustraciones. Cuando quiere ir al parque y no podemos ir, o cuando quiere que lo lleves en brazos pero sus 13 kg te hacen necesitar un quiropráctico. Es nuestro lorito, porque comienza a repetir muchas de las palabras de los adultos. ¡No imagináis el especial cuidado que tenemos a la hora de hablar!

EXTRA BONUS

David (8 meses): Y como nos encantan los niños, y pensamos que ellos son en parte, el resultado del amor que se tiene una pareja, hicimos lo que muchos nos han dicho que es una locura: tener un bebé. Y hoy tenemos a David, que ya tiene 8 meses y le están saliendo los dientes, va como loco por empezar a caminar, y siempre tiene una sonrisa para cualquiera.

Nuestra suerte es que Izan saca su mejor versión, la más protectora, y cuando nos hace falta nos apoya cuidando de los más pequeños. Adara también, aunque sea jugando con ellos. Y al mismo tiempo, Einar y Eric cuidan (a su manera) de David.

La Magia de Estar Juntos

Aunque todos, excepto David, van y vienen de casa de sus respectivos padres y madres, cuando estamos todos juntos, nuestra casa se llena de vida. Los gritos, las risas y algún que otro llanto son el sonido de nuestra felicidad. Esta es nuestra familia, única y especial, y no la cambiaríamos por nada del mundo.

Y claro, entre tantos niños y culetes sucios... ¿Como no íbamos a dedicarnos a las tartas de pañales?